domingo, agosto 13, 2006

Temporada de huracanes.

El viento se ha soltado como si quisiera arrancarnos del suelo.
Como si se hubiera hartado de tenernos de inquilinos y nos corriera de una vez por todas a un lugar en donde ya no seremos su problema.
EL cielo se oscurece, el polvo nos ciega. Y cómo cobardes y transgesores que somos del territorio y de los tiempos nos escondemos detrás de las paredes. Debajo de las camas. Observamos su furia a través de una ventana.
Entendemos que solo es viento, aire fuerte y encarrilado que se cuela por las rendijas y crea sonidos. Pero la oscuridad del cielo y el azote de las ventanas nos inquieta. La basura vuela en remolinos y aunque nadie habla todos pensamos que tal vez los siguientes seremos nosotros. Despues de la basura, ¿que más podría seguir?.

No hay lluvia. Sólo este viento que aúlla y azota.
Son Agosto, Septiembre y Octubre. Los meses en que el viento se harta de nosotros.

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