martes, febrero 22, 2011

Y es que diciembre ya se va, ya se va.
Y yo sigo con los propósitos del año pasado sin resolver.
Con los mismos fantasmas sin descansar.
Con las mismas verdades universales dándome la espalda.
Pero también, tan distinta que los espejos (yo lo noto aunque ellos me lo nieguen) han dejado de reconocerme.