Y es que diciembre ya se va, ya se va.
Y yo sigo con los propósitos del año pasado sin resolver.
Con los mismos fantasmas sin descansar.
Con las mismas verdades universales dándome la espalda.
Pero también, tan distinta que los espejos (yo lo noto aunque ellos me lo nieguen) han dejado de reconocerme.
martes, febrero 22, 2011
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3 comentarios:
Hay cosas nuestras que ojalá nunca cambién. La lista de buenos propósitos para los años venideros debe ser una de ellas...
Yo no creo que cambie nada realmente en Diciembre. Más creo que puede cambiar un lunes, hoy mismo, dentro de media hora o la semana que viene.
Nunca lo sé, nunca planifico mucho...improviso. Me gusta más.
Un beso, tocaya
Un beso Valeria. Mi corazón te debe algo.Dime cómo pagartelo.
No hagsa planes la vida te muestra sus engañosos caminos a su albur.
Otro beso.
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