Por fin llegó la lluvia de madrugada y me regaló el sueño.
Un sueño leve como alondra. Un sueño de azul y violetas.
En donde todo tomaba forma y las mariposas vivian en mi cabello.
Y yo dormía y sabía que soñaba y dormía.
Mientras una niña (qeu tal vez era yo, que tal vez era nadie) me cantaba la luna en el oído.
martes, mayo 16, 2006
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